2016 | Diciembre 17
Ante las fuertes tensiones a las que está sometido el sistema judicial y todos los operadores jurídicos, la mediación se presenta como un recurso válido. Sin embargo, la mediación no es una cosa única y exacta, sino que puede ser muchas cosas y bastante distintas. Existen criterios claros de elección entre el proceso y la mediación, pero la articulación entre las dos instituciones -una nueva con muchas inseguridades todavía y en construcción pese a su historia- y el proceso judicial de probada eficacia, pero quizás poco adaptado a las exigencias del momento y basado sobre principios distintos, no es fácil.
La formación de los mediadores ocupa un rol central para conseguir buenos profesionales que convenzan a personas experimentadas en resolución de conflictos como son todos los operadores jurídicos y la judicatura en particular, de la eficacia de sus técnicas.
Para eso deberá pedirse comprensión y amplitud de miras al sistema jurídico y dar un vuelco importante a la formación actual de los mediadores/mediadoras que deben encontrarse en interés de un mejor servicio al ciudadano. En este encuentro las nuevas tecnologías no deben ser olvidadas ya que pueden llegar a jugar un rol muy importante tanto de soporte a los mediadores como de control del sistema.
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